Zoe

Cada cuenta de los collares de Zoe representa un paso en su camino. Una sesión de fisioterapia, un Transfusión de sangre, una operación de corazón... y luego otra. Y después otra más.

Cada día que pasó en el hospital aparece en vivos colores, como crónica de un viaje que ningún padre podría haber soñado que su hijo haría. Puede que los 30 días que Zoe pasó en la UCIN no formen parte de sus collares, pero los recuerdos y las fotos permanecen.

Zoe nació con una cardiopatía congénita denominada doble salida del ventrículo derecho. Sus arterias no conectaban con las zonas correctas del corazón y había un orificio entre dos de las cavidades.

Antes de que Zoe cumpliera los tres años, tuvieron que hacerle tres operaciones y más de nueve transfusiones de sangre para reparar su pequeño corazón.

Las transfusiones dieron a Zoe la fuerza necesaria para someterse a una operación al aumentar sus niveles de oxígeno en sangre y su recuento de glóbulos rojos. También impresionaron a su padre, Tyler, al mostrarle lo importante que es donar sangre.

"Debido al impacto que la sangre de otra persona tuvo en Zoe, quiero devolverle el favor y tal vez hacer lo mismo por otra persona", dijo Tyler.

Tyler ha visto de primera mano lo importante que es la donación de sangre y lo sencillo que es proporcionar este don inestimable a un paciente que lo necesita. Comparte la historia de su familia para que otros sepan la diferencia que pueden marcar para personas como su hija.

Gracias a que alguien dio un paso al frente en Done Sangre, Zoe tiene ahora casi 11 años, todo un corazón y toda una vida por delante.