Terry

Antes de que a Kobe, el hijo de Terry, le diagnosticaran leucemia, no pensaba en donar sangre. Claro, si veía la página Big Red Bus, se subía y donaba. Pero no era una prioridad.

Todo cambió tras el diagnóstico de Kobe. Terry estaba pendiente del calendario, esperando el día en que pudiera volver a donar.

Terry pensó que ayudar a reponer las reservas de sangre era lo menos que podía hacer después de ver a Kobe, y a muchos otros niños del Arnold Palmer Hospital For Children, gastar más bolsas de sangre donada de las que podía contar.

"Sin esas donaciones, mi hijo no estaría hoy aquí", dijo. "Cuando tengo una deuda, la pago. Por eso dono".

Kobe sólo tenía 16 años cuando empezó su tratamiento contra el cáncer, que duró 3 años, pero siempre ha sido un luchador. La fortaleza del adolescente se vio reforzada por el apoyo constante de su familia, sus amigos e incluso los seguidores de su página de Facebook "Team Kobe".

"Ha sido el viaje más aterrador en el que hemos estado, pero estamos agradecidos por cada día desde entonces porque Kobe luchó por cada uno de ellos", escribió la familia en su página de Facebook.

Ahora, a sus 20 años, Kobe sigue saliendo bien en sus revisiones mensuales. Y aunque Terry no habría elegido este viaje para su familia, sabe que de él han salido muchas cosas buenas, como su pasión por donar sangre.

"Me despertó", dijo. "Me sacudió y me sacó del trance".